Pensamiento topológico y piratería

Como escribí en un artículo anterior, una aproximación topológica a las cuestiones más habituales en la red, como son la copia y/o distribuición ilegal de productos multimedia puede revelarnos nuevos e interesantes aspectos de la cuestión, y a ello quisiera dedicar, siquiera sea muy brevemente, éste post.

Aproximémonos de forma topológica, por ejemplo, a la red tradicional de distribución de música: La productora nacional o inernacional distribuía desde unas pocas ubicaciones su producto a otra serie de sedes o subsedes que, a su vez, lo distribuían a tiendas que vendían al público en general. Dado que éste carecía de medios eficaces para distribuirlo a su vez (la tecnología para hacer copias de calidad no estaba al alcance del consumidor y no disponía de redes de distribución) la topología de la red presentaba en aquel momento un aspecto básicamente centralizado. En aquel entorno la capacidad de distribución de los consumidores era poca y, por ello, los controles que el propietario de la información ejercía sobre los mismos era pequeña.

La aparición de las nuevas tecnologías permitió en un primer momento obtener copias de los archivos sonoros de calidad excelente y, en segundo lugar, la aparición de internet dotó de una excelente red de distribución al consumidor que, así, se convirtió en un eficaz distribuidor de música. Ahora la topología de la red ya no era centralizada sino distribuída y el fácil control que tenía el propietario de la información despareció como por arte de magia.

Así las cosas: ¿Es razonable que el propietario de la información pretenda seguir ejerciendo el control sobre su propiedad del mismo modo que lo hacía en un entorno de red centralizada para mantener su modelo de negocio? ¿O sería quizá más conveniente diseñar una nueva forma de control sobre su propiedad adecuada a la red distribuida sobre la que ahora se distribuye esta «mercancía»? Los propietarios de la información, a día de hoy, han pretendido controlar tanto las capacidades de copia de los consumidores como limitar su uso de la red de distribución. Así, para limitar la copia, han presionado hasta obtener de los gobiernos legislaciones aberrantes y lo mismo han hecho para tratar de reducir el uso de la red. Ambas estrategias son manifiestamente erróneas pues pretenden eliminar las ventajas que la red actual presenta para el conjunto de los ciudadanos para volver a la red sobre la que montaron su negocio. Tratan de parar así el reloj de la historia y del desarrollo humanos y esa es una estrategia, a la larga, condenada al fracaso.

Más importante aún: ¿Qué papel juega el distribuidor/editor de esta información en un contexto en el que ya no aporta el valor que antes aportaba?

Parece normal que editores/distribuidores vean amenazado no ya su modelo de negocio sino su negocio mismo; y es normal que así sea porque, cuando la copia y distribución son cuestiones triviales, se ven pocas razones para que perdure el modelo de negocio al que se han dedicado hasta ahora. Sus intentos por mantener un negocio centralizado sobre una red distribuida están condenados al fracaso si no replantean su papel en el nuevo entorno.

Es indudable que sobre el negocio de edición/distribución de música se tejen muchas más redes que las de la propia copia/distribución; singularmente la promoción se lleva a cabo todavía sobre redes principalmente centralizadas (televisión/radio/cine) pero es innecesario señalar que, debido a la convergencia, la red de distribución de estas está cambiando también.

El monstruo está herido, conviene que, en su agonía, no haga daño a nadie con sus coletazos. Un poco de pensamiento topológico puede ser una buena medicina para todos.

Un comentario en “Pensamiento topológico y piratería

  1. Buenas, en este momento de aburrimiento y cansancio se me ha ocurrido pasarme por este transitadísimo blog, para alegrarlo un poco.

    En este momento también, estás cenando en la terraza de mi casa una excelente tortilla de patatas, cariñosamente apodada «spanish omelette» por los dudosos gourmets británicos.

    En fin, que el sueño me va venciendo, y, aunque me he leído tu ciber-artículo (¡en serio, lo he leído! Increíble, ¿no?) no me apetece extenderme sobre el tema.

    Que aproveche.

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