Hoy ha muerto un luchador. Se enfrentó al sistema cuando la URSS estaba en su apogeo. Desafió a la «nomenklatura» tratando de ser campeón mundial de ajedrez cuando el oficialismo no admitía disidencias y hubo de exiliarse de la Unión Soviética para perseguir su sueño. Cuando en Baguio City (Filipinas) peleó contra Anatoly Karpov por el campeonato del mundo su mujer y su hijo estaban prisioneros en un campo de concentración. Apátrida y sin bandera que poner sobre el tablero Viktor «El Terrible» se enfrentó solo al sistema… Y perdió… Pero como pierden los grandes, muriendo en la orilla. Fue un auténtico prodigio de la naturaleza y siguió jugando ajedrez de altísimo nivel hasta su muerte (se supone que los jugadores dan su mejor nivel a los 35 pero él era de otra galaxia). Tuve la suerte de conocerle, él me hizo amar el ajedrez en mi adolescencia y él me enseñó que la edad es sólo un accidente. Gracias Viktor, me enseñaste muchas cosas. Descansa en paz.