Empezando por el principio
Me preguntan con frecuencia qué es la justicia y si creo en ella y esto creo que es algo que nos pasa con frecuencia a los juristas.
La mayor parte de las veces no suelo responder y despacho la pregunta con evasivas. Y no es porque yo no quiera responder o no tenga una idea muy precisa de lo que es la justicia, lo que ocurre es que me harían falta horas, incluso días, para explicar a quien me pregunta lo que yo entiendo que es la justicia.
Sin embargo las redes sociales tienen una ventaja y esta es que nadie está obligado a leerlas, verlas o escucharlas, de forma que, por larga que sea la explicación, no hay problema alguno en que se la ofrezca aquí y así lo haré.
Puede dejar de prestar atención ahora, si lo desea, porque voy a comenzar la historia por el principio y le aseguro que este principio ocurrió hace muchos, muchos, años; tantos como 2.700 millones de años, cuando la vida apareció sobre la tierra.
No se asuste, vamos a despachar muchos millones de años en unas pocas líneas pero, por el momento, déjeme que le cuente que todos los seres vivos, incluidos seres humanos, tienen un antepasado común, un ser vivo al que los científicos llaman LUCA (Last Universal Common Ancestor).
En el principio fue Luca
Sabemos que todos los seres vivos que hoy pueblan nuestro planeta tienen un antepasado común gracias a la evidencia genética y molecular que se encuentra en todas las formas de vida actuales. A través de estas pistas, los científicos han podido deducir que todas las especies conocidas comparten ciertos componentes moleculares y procesos bioquímicos fundamentales.
Y los hijos de Luca cooperaron
Cómo la vida recorrió el camino que media entre un ser unicelular como Luca y las complejas sociedades humanas que hoy día conocemos es una de las aventuras más maravillosas que existen y, en ella, jugará un papel fundamental una de las estrategias más exitosas de la naturaleza: la cooperación.
Guarden en la memoria este concepto pues sin cooperación no hay interacción social, no hay comunidades, no hay reglas que regulen el funcionamiento de esas comunidades y no hay, por tanto, moral, justicia ni derecho. El origen y la caracterización de nuestra moral y de nuestra concepción de lo justo y de lo injusto nace del fenómeno de la cooperación y es tan antiguo como ella, pero, de momento, sigamos conociendo qué pasó con los hijos de ese ser primigenio, solitario y unicelular llamado Luca.
Los primeros descendientes de LUCA no eran más que un tipo de células llamadas “procariotas” (el propio LUCA no sería más que un organismo celular procariota evolucionado a partir de proto-células). Estas células carecían de núcleo y no habrían sido capaces por sí mismas de dar lugar a todo la fantástica variedad de especies que ahora conocemos.
El paso de procariotas a eucariotas significó el gran salto en complejidad de la vida y uno de los más importantes de su evolución. Sin este paso, sin la complejidad que adquirieron las células eucariotas no habrían sido posibles ulteriores pasos como la aparición de los seres pluricelulares. La vida, probablemente, se habría limitado a constituirse en un conglomerado de bacterias. De hecho, los cinco reinos restantes proceden de ese salto cualitativo. El éxito de estas células eucariotas posibilitó las posteriores radiaciones adaptativas de la vida que han desembocado en la gran variedad de especies que existe en la actualidad.
¿Cómo se produjo la aparición de las células eucariotas? ¿Cómo dio la vida este gigantesco salto cualitativo?
La cooperación
Por increíble que les parezca gracias al más importante motor de progreso con que cuenta la naturaleza: La cooperación. Las células procariotas “cooperaron” formando “sociedades” (nótense las comillas) que dieron lugar a un fenómeno llamado “simbiogénesis”.
Todo comenzó cuando una bacteria que obtenía energía mediante el azufre y el calor, se fusionó con una bacteria nadadora. Ambas pasaron a formar un nuevo organismo y sumaron sus características iniciales. Como resultado salió el primer eucarionte.
Este primer eucarionte era anaeróbico y por tanto era incapaz de sobrevivir en ambientes donde existía oxígeno un gas que, por entonces, se encontraba cada vez más presente en el planeta. La solución vino de la mano otra vez de la “cooperación” de este eucarionte con una nueva bacteria que sí respiraba oxígeno y que por entonces vivía de forma autónoma. Esa bacteria que entonces vivía de forma autónoma y que pasó a asociarse con el eucarionte hasta formar un único ser vivo hoy la conocemos como “mitocondria” y podemos verla en la actualidad en el interior de las células de los seres vivos.
Estas células que ya eran capaces de respirar oxígeno prosiguieron su racha de éxitos “cooperativos” asociándose más tarde con bacterias capaces de aprovechar la energía solar (fotosintéticas) que también pasaron a formar parte su organismo: había nacido la primera planta.
El origen bacteriano de mitocondrias y plastos está fuera de toda duda y esa labor investigadora se la debemos a la famosa bióloga Lynn Margulis que fue quien descubrió este proceso de “endosimbiosis seriada”.
Si es verdad que «ubi societas ibi ius» no puede uno dejar de sospechar que algo comenzó a fraguarse con esta cooperación bacteriana. Pero dejémoslo para más adelante, cuando estudiemos la forma en que la cooperación emerge y se desarrolla en la naturaleza.
NOTA PARA EL POST
Me preguntan con frecuencia qué es la justicia y si creo en ella y esto creo que es algo que nos pasa con frecuencia a los juristas. La mayor parte de las veces no suelo responder y despacho la pregunta con evasivas. Y no es porque yo no quiera responder o no tenga una idea muy precisa de lo que es la justicia, lo que ocurre es que me harían falta horas, incluso días, para explicar a quien me pregunta lo que yo entiendo que es la justicia. En este capítulo inicio una explicación de lo que sea la justicia desde una perspectiva evolutiva y te dejo algún apoyo sobre lo que en el video se dice.
Sobre LUCA:
Moody, E. R. R. (2024). The nature of the last universal common ancestor and its impact on the early Earth system. Nature. https://doi.org/10.1038/s41559-024-02… [1]
Weiss, M. C., Sousa, F. L., Mrnjavac, N., Neukirchen, S., Roettger, M., Nelson-Sathi, S., & Martin, W. F. (2018). The last universal common ancestor between ancient Earth chemistry and the onset of genetics. National Center for Biotechnology Information. https://doi.org/10.1371/journal.pgen…. [2]
Koskela, M. (2012). Looking for the Last Universal Common Ancestor (LUCA). In Evolutionary Biology (pp. 121–134). Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-642-126… [3]
Wikipedia contributors. (2024). Last universal common ancestor. In Wikipedia, The Free Encyclopedia. https://en.wikipedia.org/wiki/Last_un… [4]
Sci-News. (2024, July 12). Last Universal Common Ancestor Lived 4.2 Billion Years Ago. Sci-News. https://www.sci.news/biology/last-uni… [5]
Springer contributors. (2024). Last Universal Common Ancestor. In Encyclopedia of Astrobiology (pp. 1728–1729). Springer. https://doi.org/10.1007/978-3-642-112… [6]
Sobre la simbiogénesis:
Lavagnino, N. J. (2014). Simbiosis y evolución: un análisis de las implicaciones evolutivas de la simbiosis en la obra de Lynn Margulis. CONICET Digital. https://doi.org/11336/85651 [2] Margulis, L. (2012).
Lynn Margulis (1938-2011), la evolución de la célula. Jot Down. Recuperado de https://www.jotdown.es/2012/01/lynn-m… [5]
Wikipedia contributors. (2024). Teoría simbiogenética. En Wikipedia, la enciclopedia libre. Recuperado de https://es.wikipedia.org/wiki/Teor%C3… [3]













