Yo soy el consumidor
de los géneros prohibidos:
a mí me gusta el acohol
y también los embutidos.

Me gusta comer mondongo,
en la salsa mojar pan…
y embadurnar las tostadas
con manteca colorá.

Me caen bien las histaminas,
no soy alérgico al gluten,
yo puedo comer de tó
y, además, comer dabuten.

No sigo dietas veganas
yo no soy vegetariano
y le pongo su jamón
al gazpachito en verano.

Qué esaborías las judías
qué dolor la coliflor
qué tormentos los pimientos
qué tristeza el nabicol.

Por eso, si un día me llevan
camino de la necrópolis,
no será por un empacho
de tofu, lechuga ni brócolis.

Pues soy el consumidor
de los géneros prohibidos
y no me gusta el sabor
a los Estados Unidos.

Me gustan los entremeses
de los buenos dramaturgos
la poesía de contrabando
y las morcillas de Burgos.

Las canciones con mensaje
las novelas con historia
las caras sin maquillaje
y los torreznos de Soria.

Pues soy el consumidor
de los géneros prohibidos
de las historias de amor
y los paraísos perdidos.

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