El problema no es el Mar Menor, al menos para nuestros gobernantes.
Para nuestros gobernantes, los de Madrid y los de Murcia, el problema es responsabilizar de la tragedia a los otros. Como los gobiernos de Murcia y Madrid son de distintos bandos sus auténticos esfuerzos no se dedican a salvar la laguna sino a culpabilizar al adversario de su destrucción y adjudicarse ellos las pocas actuaciones meritorias que pudieran haberse llevado a cabo.
Mientras los agricultores responsabilizan a cualquiera menos a ellos de la catástrofe, los ayuntamientos que se lucraron a base de tolerar un urbanismo salvaje culpan a los agricultores, los hosteleros piden que no se hable mucho del problema no sea que vengan menos turistas y se dedican a publicitar la costa mediterránea y hasta algún pequeño propietario pide silencio no sea que su propiedad se deprecie.
Pero al agricultor le importa un carajo el Mar Menor, él vive de sus plantaciones y si la laguna se colmatase a él le daría igual, a lls ayuntamientos responsables del salvaje urbanismo se les da otro tanto mientras los prooietarios sigan pagando, a fin de cuentas las licencias ya se pagaron y culpan a la administración regional que, a su vez, culpa a la nacional quien, a su vez, culpa a las locales.
El problema, como ven, no es el Mar Menor, al menos para toda esta caterva de políticos sietemesinos que nos gobiernan.
Porque si el Mar Menor les importase una higa de lo que hablarían es de lo que hacer en el futuro, no de lo que se hizo en el pasado; de lo que hablarían es de como resolver el problema y no de quien lo causó, lo que buscarían es soluciones y no responsables.
Pero aquí nadie busca eso, aquí todos ponen una vela a dios y otra al diablo demostrando lo que son: unos mindundis a quienes importa más el resultado de unas elecciones que la salvación del patrimonio natural de todos.
Y lo más lamentable es que todos estos mindundis tienen quien les aplauda: toda una legión de ciudadanos ha dimitido de su facultad de pensar para aplaudir acríticamente cualquier memez que digan sus líderes.
Para salvar el Mar Menor es preciso primero cambiar esa mentalidad obtusa que nos ha traído hasta aquí. Salvar el Mar Menor no sólo sería un servicio impagable para la humanidad, sería una forma de salvarnos nosotros mismos.
Hombre Don José, esto es como en el fútbol: todos meten goles, pero el que se lleva los premios es el que más goles consigue.
Y lo mismo pasa con los políticos, todos tienen la responsabilidad de ayudar, pero el que más competencias tiene es el más responsable de mejorar el problema.
Después de leer cosas como esto (https://especiales.eldiario.es/desastre_mar_menor/) y como esto (https://www.eldiario.es/cienciacritica/tragedia-mar-menor-politica-agroindustria-aliadas-ciencia-sociedad_132_8231467.html), no parece que en esta inmensa desgracia “todos ponen una vela a dios y otra al diablo demostrando lo que son: unos mindundis a quienes importa más el resultado de unas elecciones que la salvación del patrimonio natural de todos”.
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Sí, pero no conviene mirar los males del Mar Menor de ocho años acá. Desde principios de los 70 el problema se ha venido gestando y de entonces aquí han gobernado los dos partidos. A este extremo no se llegó en dos días.
Y discutir sobre esto, sobre quién fue más responsable, es caer en lo que denuncio. Esto es un esfuerzo en dirección equivocada.
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