Generalizaciones apresuradas

En lógica, la generalización apresurada es una falacia que se comete al inferir una conclusión general a partir de una prueba insuficiente. Una generalización apresurada puede dar lugar a una mala inducción y por tanto a una conclusión errónea.

Pongamos un ejemplo: el número de hombres en las cárceles españolas supera al de mujeres en una proporción de 12 hombres por cada mujer. En enero de 2018 había en prisión 54.753 hombres frente a 4.368 mujeres. ¿Podemos establecer como norma general que los hombres son «malos» y las mujeres «buenas»?

Si añadimos otro dato quizá lo veamos más claro: en 2018 en España había una población de 22,8 millones de hombres de los cuales estaban en prisión 54.753; es decir un 0,2%. Con tan sólo un 0,2% de hombres reclusos ¿podremos afirmar legítimamente que los hombres «son malos» o más bien que un número ínfimo de hombres lo son?

La falacia de la generalización apresurada es muy querida por los políticos sin escrúpulos pues, seleccionando los datos a conveniencia, pueden sustentar cualquier disparate que se les ocurra y, por alguna razón, de entre los múltiples criterios que nos permitirían segmentar a reclusos y delincuentes, el del origen geográfico o étnico es el que parece preocuparles especialmente.

Vean el cuadro que les ofrezco, el cual contiene datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística y que refleja, entre otras cosas, el número de españolas y africanas condenadas por delito en 2022. Si miramos los datos pareciera que las mujeres españolas son verdaderamente peligrosas pues delinquen 25 veces más que las africanas ¿Sería legítimo considerar «peligrosas» a las españolas y establecer para ellas políticas especiales de seguridad? Obviamente no, sería una burda generalización apresurada.

Por otro lado ¿qué sentido tiene usar como criterio el país de origen o el sexo de los delincuentes y no otros criterios seguramente más apropiados tales como el nivel económico o cultural de los delincuentes?

¿Delinquen las personas más o menos por haber nacido aquí o allá o delinquen más o menos en función de su nivel cultural o económico?

Miro la prensa, la TV y las redes y noto cómo pulsiones de odio y de pensamiento esclerotizado tratan de camuflar bajo un manto de pseudociencia lo que no son sino instintos atávicos anclados en el nivel más bajo de la conciencia humana.

Y lo malo no es que puedan cometerse errores por generalizar apresuradamente, lo malo es que hay políticos que fomentan el error, cuando no el engaño, para justificar sus inícuas ideas.