Silencios elocuentes

Vamos a ver si nos enteramos: quienes pagan a los community managers que manejan las cuentas en redes de Victoria Ortega o CGAE son los abogados y abogadas de España. No es ella con su trabajo quien mantiene esas cuentas, somos nosotros con nuestro dinero.

Del mismo modo también son todos los abogados y abogadas de España quienes han pagado hasta hace poco la revista de carísimo papel couché en que los elegidos y elegidas del régimen componían posituras y asanas diversas frente a la cámara pagada por todos y son, también, los abogados y abogadas de toda España quienes pagan a los profesionales del periodismo que están a sueldo del Consejo General de la Abogacía Española.

Todo eso lo pagas tú, lo mismo que las dietas y gastos de alojamiento y desplazamiento a cualquiera de las numerosas fiestas y saraos de que nos «informan» esos periodistas también pagados por ti. Ya, ya sé que nadie conoce lo que se embolsa en dietas la presidenta a pesar de que lo pagamos todos (¿Podrías creerme si te digo que estoy seguro de que nos resultaría sorprendente si lo conociésemos?), pero es que no solo se lo pagamos a ella sino a todos los que tienen debidamente certificada su adhesión al régimen.

Digo esto porque la semana pasada, una semana anodina en cuanto a noticias relacionadas con la abogacía de a pie, se llevó a cabo frente al Congreso de los Diputados una concentración de abogados del turno de oficio muchos de ellos llegados desde lejanos puntos de España a Madrid. No creo que en toda la semana hubiese noticia más importante que esa y sin embargo…

Sin embargo ni la presidenta ni ninguno de sus turiferarios aparecieron por allí, ni mandaron un mensaje de apoyo y, lo que resulta incluso más hiriente, ni siquiera esta compañera abogada que dice representarnos le insinuó siquiera a la community manager que pagamos todos que dedicasen ni siquiera 280 caracteres en tuíter para informar de este suceso.

No, no se indignen, este tipo de conductas autocráticas no es nuevo. Cuando, hace tres meses, quinientos abogados y abogadas se reunieron en Córdoba para acordar soluciones para nuestra profesión ni ella ni ninguno de los adictos al régimen informaron; tampoco informaron ninguno de los medios «institucionales» que pagamos todos los abogados y abogadas de España y que dicen en CGAE que están para «informar» y ello a pesar de que tal Congreso de Córdoba ha resultado ser el evento jurídico más relevante del año 2019 en competencia directa con el pseudocongreso de Valladolid que ellos pagaron con nuestro dinero también.

Sí, tú que has ido al congreso de Córdoba debes saber que has pagado en 2019 dos congresos: el que fuiste a Córdoba y el que otros disfrutaron en Valladolid. Luego, para compensar, los medios de comunicación de la Abogacía —que tú también pagas— ni escribieron ni informaron ni deficaron una sola linea a ese Congreso del que se hacían eco muchos medios de comunicación y que, a la postre, resultó elegido el mejor evento jurídico de 2019.

A ver si te enteras: los periodistas que trabajan en CGAE, aunque los pagues tú, no trabajan para ti, trabajan para ellos, para los que manejan el cotarro del sótano de Recoletos. Si tú haces una manifestación y te metes cinco horas en un autobús ida y vuelta hasta tu población no esperes que, la que dice ser tu presidenta, te dedique siquiera una palabra en su tuíter porque su community manager (pagada por ti) está demasiado ocupada contando las fiestas y saraos a los que acude quien dice ser presidenta. Por supuesto, aunque la plaza de las Cortes está a diez minutos de Recoletos, ni ella ni ninguno de sus acólitos se dignaron a aparecer por allí. Eso de manifestarse o dimplemente estar al lado de tus compañeros, sin duda, es cosa de tiñalpas, de abogados de oficio, de gente indigna de compartir su compañía salvo en actos debidamente preparados a mayor gloria de ella.

Hoy, 1 de marzo de 2020, Victoria Ortega en su cuenta de tuíter sigue hablando del sexo de los ángeles mientras la abogacía de oficio está en la calle.

Que no te engañen, si algo cambia en el turno de oficio o en la abogacía será por tu esfuerzo, no por el suyo; si ellos lentamente cambian de ideas en materia de conciliación, por ejemplo, no será porque ellos quieran sino porque tú, con tus iniciativas, los pones en evidencia culpable y si mañana les ves demandar una ley de servicios jurídicos no te sorprendas, «alguien» la habrá reclamado primero y ellos tratarán de apropiarse de la idea.

Sé consciente de que cuando le importas a alguien ese alguien habla de ti y que, cuando no habla nada, es simplemente porque no les importas nada.

O porque te temen.

Si quieres cambiar las cosas olvídate de esos que, no siendo más ni menos que tú, creen que pueden ignorarte impúnemente. Únete a la Red y pelea por lo que crees.

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