La catedral y la concatedral de esta diócesis

La catedral y la concatedral de esta diócesis

Uno de los dos edificios que ven estas fotos es una catedral, el otro es una concatedral.

Ayer, mientras tomaba fotos en la Plaza de Belluga de Murcia, recordaba la insistencia de mi amigo Juan Francisco López Sánchez (Cartagena 1961), quien siempre que hablo de la «Catedral de Murcia» me corrige y me dice «concatedral, que no catedral», y en abono de sus tesis me aporta documentación oficial tanto de la jerarquía eclesiástica como civil. Y sí, la Catedral de esta diócesis es el segundo edificio que ven: las ruinas de una iglesia bombardeada por la aviación franquista durante la guerra civil.

A mí, de todas maneras, la concatedral de Murcia siempre me ha impresionado y su imafronte me sume siempre en reflexiones sobre lo que fue, es, sea o deba ser, esta región.

Si observan ustedes los elementos decorativos de este imafronte verán que lo que él se muestran son motivos mayoritariamente de esta región pero todos ellos ajenos a la ciudad en que se exhiben: santos cartageneros (Isidoro, Leandro, Florentina, Fulgencio…), la Cruz de Caravaca…

Cartagena, Lorca, Cehegin, Jumilla… Las ciudades de esta región existen y han convivido desde la noche de los tiempos en este trozo de tierra al que Diocleciano llamó Distrito Carthaginense, pero Murcia, la actual capital, llegó tarde, pues llegó con los árabes de forma que, al no tener ningún pasado cristiano, echó mano de los del resto de la Región para decorar la «catedral» (mi amigo Juan Francisco notará las comillas) que hoy conocemos.

La Catedral, en cambio, construida con piedras del viejo teatro romano, sede metropolitana y muchos sostienen que primada de España (hay un documento falso de la época de Gundemaro que la traslada a Toledo) hoy yace en ruinas bombardeada durante la guerra civil por los aviones de quienes decían defender la fe.

¿Comprenden que me dé por pensar?

Voz de uno voz de todos

  Hoy se ha votado en la Asamblea Regional de Murcia la proposición no de ley que, para acabar con los efectos de la ley de tasas, la Brigada #T venía presentando en todos los parlamentos autonómicos. Ciudadanos nos ayudó presentándola, entre otros varios lugares, en Andalucía (esta fue la primera) el PSOE nos ayudó presentándola, entre otras comunidades, en Euskadi y Navarra y Podemos, hoy, era quien la defendía en la sede del Parlamento Regional en Cartagena.

Así que hasta allí me he ido y he tenido el placer de presenciar cómo a veces la magia de la democracia deja sentir su ilusión primigenia. 

Cuatro abogados se han subido a la tribuna, María (por Podemos) que defendía la moción con su escarapela #T en el pecho, Miguel (por Ciudadanos) que la apoyaba leyendo una carpeta con un logotipo #T enorme, Joaquín (por el PSOE) que también la apoyaba y había introducido unas enmiendas e Isabel (por el Grupo Popular) que es el que ostenta el gobierno en Murcia.

Cuatro abogados hablando de una ley que afecta a la justicia ¿quieren creer que con  verles tan en abogado a los cuatro ya sabía que el resultado estaba escrito? Porque son abogados, porque saben de qué hablan y porque por encima de las diferencias partidistas hoy estos diputados no venían a hacer política sino a hacer lo que la ciudadanía esperaba de ellos.

Voz del pueblo, cuatro voces y en ellas la voz de todos. La moción se ha aprobado por unanimidad.

Gracias diputados, gracias por el cariño con que me habéis tratado a mí, a mi colegio y a todos los colegios de esta Región, pero sobre todo gracias porque hoy todos habéis cumplido con vuestro deber sin duda alguna.

Todos están en la foto y así debe ser aunque se muevan. La próxima unanimidad, estoy seguro, tendrá que ver con la Ciudad de la Justicia para Cartagena porque así debe ser, porque queremos, porque podemos y porque sabemos. Gracias de nuevo, es bonito sentir estas cosas.

Voz de uno, voz de todos.