Lenguaje artificial

Lenguaje artificial

Explorar el mundo de las inteligencias artificiales es apasionante. Hoy estoy enredando con GPT-3, una inteligencia artificial capaz de redactar textos a partir de una frase inicial utilizando lenguaje natural.

Para probarla he introducido, en inglés, el texto de uno de los primeros tuits que publiqué: «Los abogados a los que admiro no miden su éxtio en dinero» y el resultado ha sido este texto:

«The lawyers I admire do not measure their success in money or in wins in court. They measure it in the number of people they have helped and the difference they have made in their clients’ lives.

Some of the lawyers I admire most are public defenders. They work long hours for little pay, and they often face difficult odds in court. But they do it because they care about their clients and want to help them.

I also admire trial lawyers. They are often the underdog in court, but they never give up. They are passionate about their work, and they fight for their clients’ rights.»

Lo que, traducido al castellano utilizando la inteligencia artificial de Google Translate, resulta en:

«Los abogados que admiro no miden su éxito en dinero o en victorias en los tribunales. Lo miden en la cantidad de personas a las que han ayudado y la diferencia que han marcado en la vida de sus clientes.

Algunos de los abogados que más admiro son defensores públicos. Trabajan muchas horas por poco dinero y, a menudo, enfrentan dificultades en los tribunales. Pero lo hacen porque se preocupan por sus clientes y quieren ayudarlos.

También admiro a los abogados litigantes. A menudo son los desvalidos en los tribunales, pero nunca se dan por vencidos. Les apasiona su trabajo y luchan por los derechos de sus clientes.

No importa qué tipo de abogado sea, creo que es importante tener un fuerte sentido de la ética y anteponer siempre los intereses de sus clientes. Los abogados que hacen esto son los que marcan la mayor diferencia en la vida de sus clientes.»

Ustedes juzgarán qué tal redacta GPT-3 y si capta más o menos bien el sentido de los textos. Yo tengo no pocos reparos pero debo admitir que impresiona y que, por qué no decirlo, asusta bastante.

Ahora, para que todo quede dentro del mundo de lo artificial, ilustro el post con una imagen generada por otra inteligencia artificial (DALL-E-2) sobre el texto del tuit inicial.

El ministro de justicia se ha quitado la careta

Los grupos de presión ya no necesitan presionar al gobierno, ahora, directamente, el gobierno les encarga la redacción de las leyes; las empresas que dominan el mercado ya no tienen que tratar de atraerse al poder, el poder directamente las llama para que plasmen sus deseos en los textos a debatir por las cámaras.

Si la abogacía real de este país, esa que componen un abrumador 85% de abogados y abogadas, tenían alguna duda el ministro de justicia hoy se la despejado: la redacción de la ley del derecho de defensa ha sido encargada a Garrigues Walker, el más conspícuo representante de la abogacía-negocio de España.

En un mundo jurídico cada vez más mercantilizado y alejado de los principios fundacionales básicos de la abogacía el ministro ha hecho su declaración, no de principios, que a lo que se ve no los tiene, sino de intereses.

Si este es un ministro de izquierdas en un gobierno de izquierdas entonces Gallardón era sin duda anarquista.

Es hiriente, causa arcadas, produce úlceras, comprobar cómo, en medio de la crisis, cuando el ministro no ha tenido ni un hecho y ni siquiera una palabra amable para con la abogacía real de este país, cuando no se le conoce una iniciativa con sentido, cuando ni una medida de mínima importancia ha tomado en relación con el funcionamiento de la administración de justicia su preocupación en los últimos días haya sido tratar de entregar la instrucción a los fiscales y ahora entregar la redacción del borrador de la ley a uno de esos despachos que representan la antítesis de la maravillosa abogacía de este país.

El ministro no podía llegar a más en menos tiempo. Hoy la abogacía de a pie ya sabe por qué el ministro no ha levantado ni una vez la voz ni la pluma para tratar de defenderla y no lo ha hecho, simplemente, porque esta abogacía es su objetivo, pero el objetivo a eliminar.

La amenaza es grave y hecha en el momento más grave y más duro de la historia reciente pero no lo va a lograr. No lo va a lograr.

A la abogacía real española, tiene que saberlo este más que provisional ministro, le esperan todavía muchos años de hambre y de gloria, pero sobre todo, le quedan años y memoria para no olvidar jamás la inicua conducta de un ministro prescindible.

Cuando este ministro haya de dejar su cargo con oprobio la abogacía española estará aquí para verle marchar. Más vale que lo recuerde.

Látex y los escritos judiciales

Los intentos de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de normalizar los escritos judiciales sugieren —permítaseme decirlo— un profundo desconocimiento de los magistrados tipógrafos de los recursos que ofrece la informática en este campo.

Hoy quisiera hablarles de LaTeX, un sistema de composición de textos, orientado a la creación de documentos escritos que exijan una alta calidad tipográfica. Por sus características y posibilidades, es usado de forma especialmente intensa en la generación de artículos y libros científicos que incluyen, entre otros elementos o expresiones matemáticas.

LaTeX en principio puede resultar intimidatorio para un jurista pero, una vez aprendidos unos mínimos rudimentos, sus ventajas en la composición de textos son evidentes.

Una de las ventajas de LaTeX es que la salida que ofrece es siempre la misma, con independencia del dispositivo (ordenador, impresora, pantalla, etc.) o el sistema operativo (MS Windows, MacOS, Unix, distribuciones GNU/Linux, etc.) y puede ser exportado a partir de una misma fuente a numerosos formatos tales como Postscript, PDF, SGML, HTML, RTF, etc. Por tanto, si lo que querían los magistrados tipógrafos era uniformizar los escritos, generar una plantilla de documentos judiciales en LaTeX era una opción a considerar.

Sí, se que ellos mismos se sentirían intimidados por LaTeX y renuentes abandonar su omnipresente «Word», pero LaTeX es una opción usada por todas las universidades del mundo dado que ofrece las mejores calidades de impresión y la garantía de que todos los documentos presentados estarán absolutamente normalizados.

Una salida típica de LaTeX la muestran las siguientes imágenes

Lo mejor es que, una vez definida la plantilla o la «clase» del documento, todos los escritos presentados por cualquier persona desde cualquier ordenador y con cualquier sistema operativo tendrán SIEMPRE el mismo aspecto; y no solo eso, las citas y reseñas bibliográficas, jurisprudenciales, los índices, los pies de página, todo, absolutamente todo, estará normalizado.

El mundo, no obstante, no es perfecto y LaTeX es bastante más complicado de utilizar (no tanto en realidad) que otros procesadores. Desde luego si uno considera que una página escrita en LaTeX tiene el aspecto que se ve en la ilustración siguiente puede sentirse alarmado

Pero les garantizo que, en realidad, establecida una plantilla —y eso es cuanto se necesita para escritos judiciales— el resto es coser y cantar.

En fin, el objeto de este post no es convencerles para que usen LaTeX (les aseguro que serían unos usuarios felices) sino simplemente que conozcan otras opciones distintas al inevitable «Word», en este caso la opción de más calidad aunque quizá más compleja. Otro día les hablo de LibreOffice, un procesador que todos, y esta vez sin excusas de complejidad, debiéramos utilizar.

GitLaw: GitHub para leyes y documentos legales – un torniquete para la libertad en América

Hace un par de años que Abe Voelker (un graduado en informática por la Universidad de Wisconsin) escribió un post que alcanzó notable popularidad en las redes y que se titulaba GitLaw: GitHub for Laws and Legal Documents – a Tourniquet for American Liberty

Hoy he vuelto a leer ese post y he sentido lo mismo que sentí la primera vez: que debía traducirlo y publicarlo. Hoy voy a hacerlo, espero que les guste como me gustó a mí esta visión de un informático del mundo de las leyes. Le dejo la palabra a Abe Voelker:

No es ningún secreto que la mayor parte de los americanos odia a los miembros del poder legislativo [diputados y senadores]. Las encuestas demuestran que el 79% de los americanos no aprueban el trabajo que viene haciendo el Congreso (sólo el 14% lo aprueban). Sólo puedo hablar por mí mismo, pero el desdén que siento por el Congreso es debido a una combinación de sospechas de malversación, abuso de poder y omisiones pulposas. Simplemente no confío en ellos para que me representen y creo que el resto de los americanos tampoco.

¿Cómo podríamos restaurar la confianza pública en el Congreso? La primera solución que me viene a la mente probablemente daría lugar a que me arrestasen o me incluyesen en alguna lista negra del gobierno (coloquemos el sombrero de papel de aluminio en su lugar!), Así que me voy a  atener tan sólo a las soluciones no-revolucionarias.

Una cosa que creo que podría ayudar sería hacer del trabajo principal del Congreso -la creación y aprobación de leyes- un proceso más transparente. Resulta que el Congreso tiende a precipitarse sometiendo a votación proyectos de ley poco después de su presentación, sin dar una cantidad adecuada de tiempo para que el público -o incluso ellos mismos – puedan digerir su contenido. Si el Congreso no es capaz de cumplir correctamente con su deber más básico, ¿por qué no permitir que la población le ayude?

 

GitHub para leyes y textos legales

 

Imagine un sistema público como GitHub pero en el que, en vez de código fuente, lo que se está realizando es un seguimiento de documentos legales tales como proyectos de ley y que estos y las leyes son rastreados (y al igual que GitHub, versionado en git). ¿Se Imagina si, antes de que cualquier proyecto de ley se presentase al Congreso, sus contenidos se publicasen en este medio a disposición del público con tiempo suficiente antes de una votación?

¿Y qué pasaría si las enmiendas presentadas fuesen publicadas como una «pull request»?

¿Y qué pasaría si cualquiera pudiese presentar enmiendas a las leyes existentes, o incluso proponer nuevas leyes al Congreso (o presionar a su congresista para introducirlo) mediante una «pull request»?

¿Y qué pasaría si usted pudiese ver quién es el responsable de escribir cada línea de un proyecto de ley? Piense en lo fácil que sería para localizar a todos esos políticos populistas (por decirlo suavemente), especialmente si se puede conocer al verdadero redactor de la ley y no sólo a los patrocinadores en el Congreso del proyecto de ley (grr … lobbys).

Incluso algo parecido a los «GitHub issues» podría ser útil. Imagine que usted detecta una asignación directa de fondos o una exención de impuestos (o algo peor) en la línea 122 567 de un proyecto de ley. A continuación, podría usted abrir un tema con el número de línea específico y una descripción de lo que está mal. Luego podría usted apelar a su representante sobre el tema o usar las redes sociales para atraer la atención sobre él.

 

Control de versiones para textos legales

 

No tengo ni idea de cómo se almacenan los documentos legales digitalizados normalmente, pero el mejor formato para el control de versiones es algo de texto sin formato y que permita usar Diff; los formatos binarios no funcionan bien (por ejemplo, no Microsoft Word, Adobe PDF, etc).

Parece que hay un proyecto existente llamado Legal-RDF que se creó para agregar datos semánticos a los documentos jurídicos digitales, pero es XML y por lo tanto no es muy legible.

Yo, en cambio, me permito sugerir la creación de un nuevo lenguaje de marcado de documentos legales que funcionaría de manera similar a Markdown. Un proyecto interesante que he visto que adoptaba este enfoque DSL es Fountain, que es una sintaxis de marcado de guiones.

Por supuesto, un sitio como GitLaw no tendría que tener un formato para todo (lo mismo que GitHub soporta varios lenguajes de programación diferentes). Pero tener un formato de base legible, común y disponible para comenzar, disminuiría el esfuerzo necesario para empezar.

 

 

Efectos colaterales

 

más allá del Congreso

Todo lo anterior podría aplicarse no sólo al Congreso, sino que, básicamente, se puede aplicar a cualquier cuerpo legislativo – el gobierno estatal o local, o gobiernos internacionales. De hecho, a menudo los estados de EE.UU. duplican un montón de sus leyes (con pequeñas modificaciones), por lo que sería muy fácil para un estado como Wisconsin copiar esa nueva legislación de moda que a Texas se le ocurrió al bifurcar su repositorio. Este proceso también haría más fácil seguir los cambios que esos representantes brillantes de Texas hagan a su ley de forma que Wisconsin pueda si quiere aplicarlos a su propia copia.

Textos legales personales

Ser capaz de almacenar y compartir fácilmente cualquier documento legal sería bueno no sólo para organismos legislativos, sino también para las personas. Por ejemplo, si yo tuviera un testamento o un poder para el abogado, podría almacenarlos en un repositorio git privado que se pudiese abrir a mi fallecimiento o incapacitación. La seguridad del git DAG significa que si compartía la repo con un tercero (como un abogado), la integridad de la repo pudo ser verificada mediante la comparación de ellos (es decir, el SHA-1 a hacerla a prueba de manipulaciones). O, incluso si no confiara en nadie, si mis palabras fueron el SHA-1 también sería suficiente para la verificación de la integridad de la repo. :-)

Disminución de la necesidad de contratar a un abogado.

Esto podría parecer un poco exagerado, pero la facilidad de compartir que git permite también podría hacer la necesidad que los individuos tienen de abogados para la creación de documentos legales. Por ejemplo, si la plantilla básica de un documento como un testamento pudiese ser extraído, a continuación, otra persona podría utilizarlo para crear su cuenta sin tener que contratar a un abogado, o al menos reducir la cantidad de tiempo que necesitaría un abogado para llevar a cabo la tarea haciendo un poco de trabajo de campo previo (al menos dentro de la misma área legal, por ejemplo, US estado). Esto no sería obviar la necesidad de abogados, sino que lo que es de esperar es que sean menos necesarios.

Me pregunto qué efecto tendría que las personas normales se involucrasen más en la redacción de documentos legales. ¿Se produciría una retroalimentación que haría los documentos legales más accesibles? – por ejemplo, inspirando una tendencia a una redacción más comprensible del inglés legal.

Conclusión

Este post, probablemente, ilustra mucho más lo mucho que amo Git y GitHub que mi deseo de proporcionar una estrategia de acciones concretas para mejorar el actual Congreso. No soy muy conocedor de los asuntos jurídicos, así que estoy seguro de que incluso un asistente legal podría rasgar estas lineas en pedazos. Pero es divertido para soñar.

Espero que el artículo les haya resultado tan encantador como a mí me resultó (a pesar de mi mala traducción) y, si es así, no les extrañará que Clay Shirky, profesor adjunto de la Universidad de Nueva York y experto en redes sociales, usase este mismo argumento para una de las archifamosas charlas de «TED» que aquí les dejo (no olviden seleccionar los subtítulos en español)

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