A los vinos de #Jerez se les llama «generosos» y el nombre les cuadra bien; no tanto por su graduación alcohólica o por su milagroso proceso de vinificación, sino porque, simplemente, ningún vino del mundo da más por menos.
Los vinos de #Montilla-Moriles, a esa generosidad unen la distinción. Distinción viene de distinto y en verdad que estos vinos lo son; confeccionados con uva Pedro #Ximénez son afortunadamente desconocidos en la España moderna. Gracias a eso las gentes normales aún podemos beber a precios humillantemente asequibles estos vinos que ningún «wannabe» de suplemento semanal, guía Michelin y documental televisivo, apreciará en su justa medida.
En este #oloroso de Montilla-Moriles que estoy disfrutando hoy lo que luce no son sus aromas de madera, vainilla, avellana o tonos especiados; lo que, sobre todo, se aprecia en él es el aroma, paladar y retrogusto a cariño de ley que llenan tu boca, tu nariz, tu cerebro y tu alma al probarlo.
Hay #vinos que se califican con los sentidos, este, en cambio, es superior a ellos, pues se califica con el corazón.
Y la nota es 10.
Gracias compañeros cordobeses, sevillanos, andaluces… Gracias Isabel, esta es de las que no se olvidan.