Ando redactando los estatutos de una asociación de juristas y, tratando de ajustarme a los requisitos que establece la Ley Orgánica 1/2002 de Asociaciones, he llegado al punto en el que debo hacer constar en un artículo cuál es el «capital inicial» de la asociación. A la vista de que no tenemos un euro en el banco, no he tenido más remedio que quedarme un rato pensando pues, esta asociación, si hablamos de dinero como pienso que hace la ley, carece de capital.
La idea me parece ridícula, de todas las cosas que una asociación necesita para tener éxito la menos importante es, sin duda, el dinero. Conozco asociaciones con presupuestos superiores a los diez millones de euros que apenas si sirven para organizar fiestas y saraos pero en absoluto para defender los intereses de sus asociados.
El capital de nuestra asociación se compone de muchas y diversas mercancías entre las cuales no está el dinero pero que resultan mucho más útiles que él, a saber:
Capital social: contamos con una red amplia de personas repartidas por toda la península y algunos países de Europa que están dispuestas a cooperar entre sí. El capital social que tal red ofrece a sus asociados para llevar adelante cualquier tarea es simplemente impresionante.
Capital informacional: la inteligencia colectiva que se acumula en los nodos de esta red es difícilmente cuantificable aunque, por principio, nunca desparovecharemos ese capital reduciendo las responsabilidades a un círculo restringido. Somos mejores porque no prescindimos de nadie; nos sabemos todos iguales y sabemos que prescindir de cualquiera de nosotros es un lujo que no debemos permitirnos.
Capital emocional. Defender las cosas que crees, ayudar a la justicia y a tus compañeros no es sólo una idea inmaterial y ajena a nosotros, es algo que nos hace más ricos y que llena las cuentas de nuestros miembros con algo que jamás podría adquirir con dinero. Pertenecer a un grupo y ser parte de una causa es algo que asociaciones con dinero pero sin principios jamás te garantizarán.
Nuestro trabajo es complicado, casi imposible pero, a diferencia de otras asociaciones nosotros no tenemos dinero, tenemos otras cosas, más exactamente: tenemos lo que hay que tener.
Lo que no sé es si podré escribirlo así en los estatutos.