Personbytes

Medimos la capacidad de almacenamiento de información de nuestros equipos informáticos en bytes, kilobytes, megabytes… y así hasta jotabytes. Podemos señalar con toda precisión cuánta información es capaz de almacenar una máquina pero… ¿somos capaces de medir cuánta información es capaz de almacenar un ser humano?

Esta pregunta no es una pura curiosidad o divertimento pues en su base está la explicación de muchos fenómenos humanos y sociales. Permítanme que les ponga un ejemplo.

En estos tiempos en Cartagena se están construyendo unos nuevos submarinos que incorporan las más avanzadas tecnologías y en su construcción se están empleando miles de personas. Los conocimientos de una sola persona no son bastantes para construir un submarino; una persona apenas si quizá domine la compleja técnica de pulir una de las lentes del periscopio del submarino, otra quizá sepa llevar a cabo la complejísima soldadura de dos planchas de metal que deben no sólo ser estancas, sino soportar una tremenda presión cuando el submarino esté en inmersión; otra quizá sea capaz de ajustar el giróscopo de un torpedo y otra quizá sea capaz de diseñar una batería eléctrica pero no sabrá construirla y así se van necesitando ingenieros de múltiples ramas, físicos especialistas en diversas materias, programadores, expertos en electrónica…

Para construir un submarino se precisan los conocimientos de miles de personas, en cambio, por ejemplo, para dar forma a una vasija en un torno de alfarero y luego cocerla en el horno apenas si hace falta el conocimiento de una sola.

Permítanme que a todo ese conjunto de conocimientos que una persona es capaz de acumular le llamemos «personbyte» y que, con esta medida, calculemos la dimensión de las empresas que nuestra sociedad puede enfrentar.

Es evidente que el tamaño de estas empresas vendrá determinado por la cantidad de «personbytes» necesarios para cumplir sus objetivos; la cantidad de «personbytes» necesarios para construir un helicóptero, por ejemplo, o lanzar al espacio un satélite no será la misma que para montar un negocio de hostelería y es evidente que aquellas sociedades que cuenten con un mayor número de «personbytes» serán capaces de llevar adelante las mayores y mejores empresas. Es por eso que, sabiendo la cantidad y calidad de «personbytes» que hay en una sociedad determinada, podemos determinar en qué campos es fuerte esa misma sociedad y dónde debe buscar sus mejores objetivos de futuro.

Pero ¿cómo medimos la cantidad y calidad de «personbytes» que hay en cada sociedad dada?

El Instituto Tecnológico de Masachussets ha llevado adelante algunos interesantes experimentos en este campo y, de entre todos ellos, me van a permitir que les cite uno en concreto: el Observatorio de la Complejidad Económica (OEC), un lugar donde se analizan los datos económicos de los diversos países y donde podemos encontrar interesantes datos. Por ejemplo, ¿se ha planteado usted alguna vez en qué somos buenos los españoles?

Una buena forma de saber en qué somos buenos los españoles es consultando nuestra cifra de exportaciones; aquello que vendemos al extranjero, sin duda, es algo que nosotros somos capaces de producir mejor y más barato que los demás y, por tanto, es un buen índice acerca de en qué es buena la población española y para qué están preparados sus habitantes. Echemos pues un vistazo a lo que exportamos los españoles en este link y, en especial, fijémonos en este diagrama que la página construye automáticamente

Figura 1

Quizá alguien se sorprenda: los españoles exportamos, antes que nada, coches y piezas de coches.

Si lo piensa usted no es tan raro, aquí están las factorías de FASA-Renault, SEAT, Ford, Citroën, Volkswagen… en realidad casi todas. Somos el segundo productor de coches de Europa tan sólo por detrás de Alemania. Y sí, se que usted me dirá que los producimos bajo licencia extranjera, pero, en lo que a «personbytes» respecta, España es el país donde hay una mayor cantidad de obreros especializados en la construcción de coches así como de empresas auxiliares. Si una empresa decide instalar una fábrica de coches en Europa tenga usted por cierto que España será una buena candidata para su instalación.

Este análisis que hago de España puede usted, si lo desea, hacerlo de su ciudad o de su comunidad autónoma y tratar así de determinar en qué sectores deben buscar estas su futuro.

A día de hoy la información, el conocimiento, los «personbytes» son la mayor riqueza de una comunidad: de poco sirve ser especialmente ricos en materias primas si no sabemos transformarlas; no es el aluminio o el litio los que son valiosos por sí mismos sino que son los ingenieros y los obreros que saben construir aviones o teléfonos móviles los que los hacen valiosos. Recuérdelo y mucho más ahora que vivimos en la sociedad de la información: la materia nunca es tan importante como la información, más rico que el país que posee materias primas es el que tiene muchos «personbytes».

Haga usted el ejercicio que sugiero con su comunidad. Yo, si me lo permiten, lo haré con mi ciudad pero eso será objeto de un video.

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