Ha llegado noviembre de 2019 y nadie ha visto atacar naves en llamas más allá de Orión ni rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhäuser. El futuro soñado por Ridley Scott en Blade Runner (1982) no se ha producido y ni siquiera parece que esté cerca de producirse en los próximos diez años.

Basada parcialmente en la novela de Philip K. Dick «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?» la acción de Blade Runner transcurre en Noviembre de 2019 (sí, el año y mes en que estamos) en la ciudad de Los Ángeles en un escenario distópico donde replicantes y humanos mantienen una problemática relación en la que algunos de los primeros parecen reclamar su derecho a la vida y a la «humanidad».

La novela de Philip K. Dick «¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?» se escribió en 1968, año en el que se estrenó otra de las grandes películas de ciencia ficción: «2001. Una odisea en el espacio» dirigida por Stanley Kubrick.

Kubrick, como Scott, predijo que para 2001 el ser humano viajaría por el sistema solar con habitualidad y también se equivocó. Es el problema de fijar las predicciones para demasiado cerca en el futuro, que podemos vivir lo suficiente como para saber que son erróneas.

Quienes sí acertaron a predecir el futuro fueron los científicos Robert Kahn y Vinton Cerf, los cuales, en 1982, vieron como su protocolo de comunicaciones TCP/IP se aprobaba como estándar para ARPANET. La humanidad comenzaba a construir un nuevo cosmos informacional. Los avances en el espacio no eran tantos como los soñados por Kubrick y Scott y, sin embargo, la humanidad avanzaba hacia un universo ni siquiera soñado por Kubrick: el ciberespacio.

Internet, ese ciberuniverso creado por la ciencia, fue ciencia ficción antes de ser realidad y sobre él escribieron maravillosos documentos personalidades como Licklider, Vannevar Bush, Dough Englebart, Postel, etc. y aún antes lo hicieron posible científicos como Wiener o Turing.

Es noviembre de 2019 y la distopía de Ridley Scott titulada Blade Runner ni lo que en ella se contaba han sucedido. Lo que sí ha ocurrido ha sido aquello que otros soñaron y que escribieron, no como novela de ciencia ficción, sino como papeles científicos.

Confío mucho más en los científicos que en los escritores de ciencia ficción y, si quieres saber cómo va a ser el futuro, mejor pregúntales a ellos que a un escritor de novelas.

Y dicho esto, déjenme que les diga una cosa: adoro Blade Runner.

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