El invierno que viene

Mientras veo cómo en la calle aprieta un sol de justicia vuelvo a releer «Noche triste de octubre» el poema indispensable de Jaime Gil de Biedma:

«Definitivamente parece confirmarse que este invierno

que viene, será duro.

Adelantaron

las lluvias, y el Gobierno,

reunido en consejo de ministros,

no se sabe si estudia a estas horas

el subsidio de paro

o el derecho al despido,

o si sencillamente, aislado en un océano,

se limita a esperar que la tormenta pase

y llegue el día, el día en que, por fin,

las cosas dejen de venir mal dadas…»

Y, quizá por que no es octubre sino julio, quizá porque no es otoño sino verano, se me ocurre que sí, que vale, que es posible que definitivamente el invierno que viene sea duro pero que, de lo que ya estoy harto, es de que siempre sea duro para los mismos.

Y se me ocurre también que no, que este invierno no va a ser duro para quienes esperan que se les abone el turno de oficio mientras presencian el paripé de administraciones que retrasan desvergonzadamente el pago y colegios que amenazan con amenazar cuando ven próximo el abono; que no, que este invierno no puede ser duro para los compañeros y compañeras que enferman, agonizan o simplemente dan a luz mientras los plazos les corren o una legislación inicua les obliga a una inmediata sustitución como si fuesen material fungible; que este invierno no puede ser duro para los abogados que litigan contra los bancos y ven como todo se confabula para que los bancos no paguen unas costas que a ellos jamás se les discutieron en ninguna ejecución; que este invierno no puede ser duro para aquellos que defienden los derechos de los demás sin que sus honorarios determinen ni uno sólo de los pasos que dan en su defensa; y que no…

Definitivamente este invierno no tiene por qué ser duro para los mismos de siempre, definitivamente hemos de hacer que el invierno que viene sea duro, y hasta insoportable, para aquellos que maltratan a la justicia y a la abogacía en que creemos.

Por eso, déjate libre y reserva para ti el último fin de semana de noviembre, porque definitivamente, esta vez sí, el invierno se lo vamos a hacer duro a otros.

Los días 29 y 30 de noviembre tenemos un trabajo que hacer juntos, resérvatelos para ti.

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