Quizá sepa usted, o quizá no, lo que es el skimming, por si es usted de los que no lo saben yo se lo cuento: el skimming es una práctica delictiva consistente en apoderarse de los datos que se guardan en el chip o la banda magnética de su tarjeta de crédito para, posteriormente, utilizarlos con el fin de defraudarle.
Así explicado es sencillo pero ¿cómo podría alguien apropiarse de los datos contenidos en su tarjeta de crédito?
Hay muchísimas formas pero creo que lo mejor, por su espectacularidad, es que se fije usted en esta que se ve en el video que un skimmer grabó de sí mismo en Viena y que pueden encontrar en youtube. Si son tan amables vean el video y luego sigan leyendo.
Impresionante ¿verdad?, el delincuente adiciona el dispositivo sobre la ranura de inserción de la tarjeta en el cajero y, al pasar la tarjeta por ahí, lee los datos de las tarjetas que se introduzcan y se apodera de ellos.
Pero lo más impresionante viene ahora y es que cualquiera puede comprar por internet uno de esos dispositivos por un precio que ronda los 200€. Los tienen ustedes del modelo que deseen en tiendas popularísimas de internet; véanlos
Parece increíble que un dispositivo casi exclusivamente preordenado a la posible comisión de un delito sea de tan fácil acceso, pero ya ven que es así.
Obviamente apoderarse de los datos de su tarjeta de crédito es sólo la primera parte del iter criminis pues usarlos para defraudarle exige otra serie de operaciones que, por razones entendibles, no voy a contar aquí.
Sólo le sugiero que, la próxima vez que vaya a introducir su tarjeta en un cajero confíe usted menos y compruebe más. Todos los blindajes, pines, tarjetas y demás quincalla tan sólo ofrecen una falsa sensación de seguridad. Piense esto cuando entregue su tarjeta al camarero en restaurante o en una tienda y recuerde que el skimming existe.
¿A que yo le parecen tan inocuos los cajeros electrónicos?