Poderoso caballero

El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), por fin y tras ardua pelea, ha llegado hoy a una conclusión para la cual no parece que hicieran falta especiales conocimientos jurídicos: que quien ha cobrado indebidamente ha de devolver TODO lo cobrado indebidamente. Total nada.

Tal afirmación es una obviedad que no debiera levantar expectación alguna entre la población, lo que ocurre es que en este caso quienes han de devolver lo indebidamente cobrado son los bancos y eso, ¡ay amigo!, no es algo a lo que estemos acostumbrados.

Los ciudadanos saben de sobra que bancos y cajas les han cobrado cantidades indebidas por sus hipotecas, pero la experiencia les ha enseñado -a los ciudadanos- que la justicia no suele tratar con dureza a los dueños del dinero y esto lo han visto confirmado en multitud de ocasiones. Cuando el gobierno cobró indebidamente tasas judiciales el Tribunal Constitucional dijo que mejor no devolviesen lo injustamente cobrado, básicamente porque era mucho dinero y eso a la administración le causaba un importante perjuicio. Que ese mismo perjuicio lo hubiesen sufrido antes los ciudadanos no pareció importarle en la misma medida al Tribunal Constitucional para quien el cuidado de la hacienda pública estuvo por encima del cuidado de las haciendas del público. Los españoles fueron tomando nota.

Cuando las cláusulas suelo fueron declaradas nulas al Tribunal Supremo tampoco le pareció bien que todo lo injustamente cobrado se hubiese de devolver; básicamente por los mismos motivos que en el caso anterior: porque era mucho dinero y el perjuicio [para los bancos y cajas obviamente] podía ser muy grande. El perjuicio de los ciudadanos no pareció importarle tanto. Y los ciudadanos de nuevo tomaron nota.

En España los ciudadanos saben que, si tienes el suficiente dinero y la lías lo suficientemente gorda, las consecuencias de tus acciones pueden incluso quedar impunes.

Algunos bancos alteraron maliciosamente el euribor que regulaba el importe de las mensualidades de su hipoteca y nadie ha ido a prisión. Fueron miles de millones de euros los que sacaron de los bolsillos ajenos, pero no pruebe usted a llevarse un salchichón del supermercado porque las pasará peor que ellos si le pillan. Y este es solo un ejemplo.

Hoy el TJUE ha proclamado con aparato y estrépito que, lo que los bancos le “levantaron” a sus clientes con motivo de las ilegales cláusulas suelo, debe ser devuelto, no desde 2013 -como decía el Tribunal Supremo español- sino desde el primer euro mal cobrado.

A esto se lo podría calificar como un ejercicio de “solemnizar lo obvio” pero lo cierto es que someter a los bancos a la justicia no es tarea fácil sino difícil, tan difícil que, hasta para proclamar lo obvio, hay que recurrir a las más altas instituciones europeas.

Hoy es un buen día para los ciudadanos; consulten a su abogado de confianza, reclamen lo que es suyo y recen porque bancos y cajas no movilicen a tiempo los recursos políticos de que aún disponen. Lo van a intentar, se lo aseguro, y no hay víscera más sensible en los ámbitos del poder que el bolsillo. Guárdense de los idus de marzo, el dinero es un poderoso caballero y no le gusta que le ganen la partida unos tiñalpas.


 

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