La lápida de Comenciolo
Lápida de Comenciolo. Museo arqueológico municipal (Cartagena)

Si yo les contase que fueron los cartageneros los primeros en proclamar sin ningún género de dudas la esfericidad de la Tierra, estoy convencido de que más de uno y más de dos de ustedes soltarían la carcajada y pensarían… «ya están otra vez estos cartageneros con sus fantasías ególatras»…

Sin embargo, antes de reir a carcajadas, permítanme que les cuente algo que quizá desconozcan.

A finales del siglo XVII se encontró en Cartagena, en la Plaza del Lago, una lápida escrita en latín cuyo tenor literal era el siguiente:

QVISQVIS ARDUA. TVRRIVM MIRARIS. CVLMINA .VESTIBVLVMQ. VRBIS. DVPLICI. PORTA. FIRMATVM. DEXTRA LEVAQ. BINOS PORTICOS. ARCOS QVIBUS. SVPERVM. PONITVR CAMERA CURVA CONVEXAQ COMENCIOLVS. SIC. HAEC IVSSIT. PATRICIVS MISSVS. A MAVRICIO .AVG.CONTRA. HOSTES. BARBAROS. MAGNVS. VIRTUTE. MAGISTER. MIL. SPANIAE. SIC. SEMPER. HISPANIA.TALI. RECTORE. LAETETVR. DVM. POLI. ROTANTVR. DVMO. SOL .CIRCVIT. ORBEM. ANN VII. AVG .IND. VIII

Lo que, traducido a nuestro común castellano, quiere decir:

«Quien quiera que seas, admiraras las partes altas de la torre y el vestíbulo de la ciudad afirmados sobre una doble puerta, a la derecha y a la izquierda lleva dos pórticos con doble arco a los que se superpone una cámara curvo convexa. El patricio Comenciolo mandó hacer esto enviado por Mauricio Augusto contra el enemigo bárbaro. Grande por su virtud, maestro de la milicia hispánica, así siempre Hispania se alegrará por tal rector mientras los polos giren y el sol circunde el orbe. Año VIII de Augusto. Indicción VIII.»

La lápida, como se ve, fue mandada hacer por un tal Comenciolus o Comenciolo, un jefe militar enviado a España por el emperador Mauricio y la fecha de su confección está perfectamente escrita en la propia lápida: Año VIII de Mauricio, Indicción VIII. Dado que Mauricio inició su gobierno del Imperio en el año 582, no es difícil datar la lápida en el 590, lo que viene confirmado por la fecha de la «Indicción».

La «indicción» es un periodo de quince años establecido por el emperador romano Constantino en el año 312 probablemente con ocasión de exigir un tributo. En el siglo VI Justiniano fija la indicación del año indiccional en las normas del Corpus Iuris Civilis que hablan de la confección de los documentos; por ello, su uso se mantiene durante toda la Edad Media, más aún, durante la Alta Edad Media es uno de los criterios de datación más certeros ya que otros métodos como el de los anales del consulado van perdiendo funcionalidad o, en el caso de calendarios cristianos, tienen demasiadas variantes.

Así pues no cabe duda de que la lápida encontrada a finales del siglo XVII en la Plaza del Lago de Cartagena (Plaza de la Merced), estaba datada en torno al año 590 de nuestra era cristiana, cuando los visigodos dominaban la península ibérica…

¿Toda? ¡No! Como en los cómics de Asterix una pequeña aldea resistía todavía -y siempre- al invasor godo. Cartago Spartaria (bajo el nombre oficial de Justina) era en esos años todavía parte del Imperio Romano, reconquistada por Justiniano durante la «renovatio imperii», Cartago Spartaria era la capital de la provincia bizantina de Spania (sí, en ese año este lugar ya era Spania y Justina, o Cartago Spartaria, la capital de Spania).

Me duele el escaso conocimiento que se tiene en el occidente europeo de la historia del Imperio Romano de Oriente (Bizancio) pero no es el objeto de este post quejarme de los planes de estudios, el objeto de este post es, por el contrario, subrayar dos curiosidades que, al lector avisado, no le habrán pasado desapercibidas.

Una es la curiosa forma en que la lápida enfatiza la eterna gratitud que Spania profesará a Comenciolo pues, como reza literalmente en la lápida, «…así siempre Hispania (sic semper Hispania) se alegrará por tal rector mientras los polos giren (dum poli rotantur) y el sol circunde el orbe (dumo solem cirquit orbem).

Pero esperen, algo no encaja… ¿qué está diciendo la lápida? No puede ser… dice: ¿«Mientras los polos giren»?

¿Qué es esto? ¿No nos habían enseñado en la escuela que hasta Colón los hombres desconocían que la Tierra fuese redonda? ¿Es que los bizantinos o los Cartago-Bizantinos ya conocían la existencia de los polos y el movimiento de rotación de la Tierra?

No me negarán que la frase es sorprendente, sobre todo porque, escrita en la lápida para mayor gloria de Comenciolo, no podemos suponer que la existencia de los polos y el movimiento de rotación fuesen conocidos exclusivamente por él. La lápida, con esa sorprendente expresión, quería significar que el agradecimiento a Comenciolo sería eterno y ese significado sólo sería entendido por los lectores de la época si asumimos que, al menos los ciudadanos de Cartago Spartaria (o Justina) que sabían leer, estaban perfectamente al tanto de la existencia de los polos y del movimiento de rotación.

Si colocásemos aquí el punto final de este artículo, probablemente no podrían hacer ustedes otra cosa que darme la razón cuando afirmé, en el primer párrafo, «que fueron los cartageneros los primeros en proclamar sin ningún género de dudas la esfericidad de la Tierra«. Sin embargo, no es así.

La idea de que los hombres del medioevo creían que la Tierra era plana no es más que una leyenda. Desde antiguo se sabía que la Tierra era esférica y nadie, medianamente cultivado, pensaba de otro modo. Si no me créen, traten de recordar con qué atributos eran representados los emperadores en cuadros y esculturas. Hagan un esfuerzo… ¿lo recuerdan?. En efecto, los emperadores, en cuadros y esculturas, sostenían en una mano el cetro y en la otra… el orbe.

Orbe de las joyas de la Corona Danesa

El primer uso conocido del orbe se remonta al Antiguo Egipto como jeroglífico representado en un anillo portando el Nombre de Trono: Neb-Jeperu-Ra, en los cofres y joyeros de Yuya y Tuya visible en la página 304 del libro «Signos y Simbolos» de PEARSON Educación y en la «Estela de Shespy». Otro uso conocido se remonta a comienzos del siglo V, probablemente entre los años 395 y 408 en el reverso de las monedas del Emperador Arcadio, pero con más seguridad en el año 423 en el reverso de las monedas del Emperador Teodosio II. En época del emperador Mauricio, obviamente, el mundo ya se reproducía como un orbe (globo).

Esto no es sorprendente. Ya Eratóstenes había calculado en la antigüedad la longitud de la circunferencia del globo terráqueo; también Aristóteles había demostrado a través de convincentes razonamientos la esfericidad de la Tierra y, en general, todos los eruditos sabían que la Tierra era redonda. Ptolomeo, por ejemplo, ya había señalado la existencia de climas y trópicos y esto era un conocimiento bastante común para las personas instruídas.

La creencia de que los hombres del medioevo pensaban que la Tierra era plana no es más que un signo de nuestra contemporánea burricie y vanidad. La leyenda de que los hombres pensaban que la Tierra era plana no es más que un camelo inventado en el siglo XIX y que, probablemente debido a nuestra estolidez contemporánea, hizo fortuna y se extendió rápidamente. Me temo, pues, que los cartageneros no descubrimos nada a este respecto. Lo que figura en la lápida de Comenciolo sobre la existencia y giro de los polos era, ya en el año 590, una cosa archisabida.

La lápida de Comenciolo, no obstante, es extremadamente sugerente y nos recuerda lo escasa que es nuestra formación (no la de los cartageneros del 590) en cuestiones históricas.

Como jurista la lápida de Comenciolo me recuerda cosas que los propios juristas, a menudo, olvidamos. A saber:

  1. Que el Digesto no se compiló en Roma, sino en Constantinopla y es, por tanto, un texto bizantino. Nuestro derecho «romano» es más bien «bizantino».
  2. Que los Visigodos no dominaron la península ibérica totalmente más que durante concretos períodos y que la presencia bizantina en España se prolongó bastantes años.
  3. Que, por tanto, en Cartago Spartaria el Digesto fue un texto legal vigente y no un mero derecho muerto objeto únicamente de estudio.

Espero no olvidar esto «dum poli rotantur», que dijo Comenciolo.

9 comentarios en “La lápida de Comenciolo

  1. Interesantes resultan las reflexiones que se efectúan en «La presencia bizantina en España: La documentación arqueológica. Antig. Crist. (Murcia) XXIV, 2007

    Llama la atención, igualmente, la bella referencia a la eternidad que habrá de tener el gobierno bizantino, «dum poli rotantur dumque sol circuit orbem»49. También en ésta es posible ver el eco de la literatura clásica, resultando evidente la analogía con uno de los pasajes de Rutilius Namatianus (De Reditu suo, I, 137-138): «..Qua restant nullis obnoxia tempora metis / Dum stabunt terrea dum polus astra feret..»50; y aun con la misma Eneida51.

    Así, en concreto el discurso de Eneas a Dido: «dum montium umbral / iustrabunt conuexa, polus dum sidera pascet / semper honos numerique tuum laudesque manebunt», Virgilio, Aen. I, 607-609, como recoge FONTAINE, 2000a, p. 96, señalando también las deudas respecto a la poesía astronómica.

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  2. Buenas, es un magnífico post, me ha sido muy útil para un trabajo que estoy realizando sobre este epígrafe, pero leyendo tu post he encontrado un pequeño fallo, el epígrafe se data en el año 589, por que el año en el que hace referencia es el año VII de Augusto, Indicción VIII. Y en la traducción y el cálculo has puesto año VIII, por eso a la hora de datar la lápida has puesto el 590, en vez del 589. Solo es una pequeña aportación, el trabajo está perfecto, muchas gracias y un saludo.

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      1. Perdón, el fallo esta en la trascripción que lo acabo de ver, la traducción esta correcta. Disculpa
        La datación sería así: Fechada entre 1-09-589 y el 13-08-590. Situamos concretamente en esta fechas debido a la mención en el epígrafe del año VIII año reinal de Mauricio (13.08. 589-12.08.590) y por su VIII indicción, que comenzó el primero de Septiembre de 589.

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